top of page

Noches de magia #10

  • Foto del escritor: Jheyder L. Ruiz
    Jheyder L. Ruiz
  • 27 oct 2021
  • 5 Min. de lectura

Hola otra vez, he dejado de lado este espacio por unos meses porque no me sentía en un buen lugar de poder compartir con nadie lo que pasaba, ni lo que pasa dentro de mi mente, pero hoy es un día especial para mi, es un aniversario; so, quiero expresar estas palabras como un agradecimiento a esta persona que fue muy importante en mi vida y si existe alguna otra vida quiero volverte a ver.


Tú eres la tristeza de mis ojos, que lloran en silencio por tu amor

Me miro en el espejo y veo en mi rostro, el tiempo que he sufrido por tu adiós

Obligo a que te olvide el pensamiento pues, siempre estoy pensando en el ayer

Prefiero estar dormido que despierto, de tanto que me duele que no estés...

Yo Te Recuerdo

Cada vez que suena una canción de Juan Gabriel no puedo evitar pensarte, siento tu abrazo rodeándome, te siento otra vez cerca de mí; por un instante me olvido que ya no estas aquí en este mundo, me gusta pensar que eres tú desde tu cielo diciéndome que no se está tan mal, y en ese instante vuelvo a sentirme un poco más yo y menos este cascarón vacío que quedó después de tu partida; pero regresó a la realidad esa en la que te fuiste hace meses y vuelvo a mi soledad.


Si, ha pasado exactamente un año desde que te fuiste y francamente no he podido superarlo todavía, quizá escribiendo estas líneas encuentre la manera de ayudarme a entender porque la vida solo nos presta por un tiempo a las personas que queremos; incluso yo soy un préstamo para mi madre o ella para mi dependiendo quién parta primero de esta tierra. No escribo esto para nadie más que para ti, porque aunque tú llegaste entre sueños a despedirte de mí, yo no pude decirte adiós a ti, y es que cómo se le dice adiós al hombre que recibió la felicitación por ser papá cuando yo nací y no, no fuiste tú quien me engendró, pero desde el momento que supiste de mi futura llegada te alegraste y cuidaste de mi mamá; y cuando yo llegué a este mundo en medio de una madrugada y una tormenta brutal, ahí estabas recibiéndome, en martes y de madrugada.


Tú siempre notaste que yo sería especial, diferente y aún así me aceptaste sin decir nada; entendiste mi rebeldía cuando yo decidí que estaba harto de ser el niño bueno, entendiste el motivo de mis tristezas cuando salí del armario de una forma tan abrupta cómo solo yo podía hacerlo. Entendías porque yo era de la manera que era, y me defendías cuando me señalaban, aún cuando hasta yo te ataque por un sinsentido. Tú entendiste mejor que nadie, porqué en tu vida no querías que se reflejará en mi persona, sabías que teníamos una conexión desde el momento que me cargaste en tus brazos, ¿te cuento un secreto? Siempre admiré esa fuerza en ti y que no me juzgarás por ser quién soy y solo abrazarme cuando lo necesitaba.


Hoy necesito de un abrazo, pero no pueden ser los tuyos porque, bueno la vida es culera, y no nos dejó llegar a esa charla que te pedí para Navidad. Y ahora aquí estoy hablando con mis memorias porque no te he vuelto a ver desde el día que te fuiste, en tu funeral no me sentí capaz de llorar, no podía las lágrimas se regresaban de mis ojos porque no quería ser débil para mi mamá, ella estaba perdiendo un hermano y sus pilares éramos mi hermana y yo, sabemos lo terca que puede ser mi madre cuando nos ve frágiles a mi hermana o a mi, es capaz de amarrarse los sentimientos y hacerse la fuerte, pero no, esta vez quise ser el pilar para ella; no la culpó después de todo ella estaba perdiendo a un hermano pero yo a un papá.


Y entonces escribo esta carta, con la esperanza de que podrás escucharme, porque necesito despedirme de ti, y no, no quiero un funeral, no ese espectáculo que montaron para aventarte flores y tomar selfies para subirlas a las redes, no quiero eso, tú te merecías algo más. Estoy escribiendo esto porque al despedirme de ti creo que puedo dejarte ir, aun cuando sienta que me aplastan el pecho con cada letra que agrego a esta carta. Quiero que sepas que te extraño mucho, que quisiera haber tenido la oportunidad de que haber podido platicar tú y yo que vieras el hombre en que me convertí, saber si estabas orgulloso de lo poco o mucho que he hecho, no quiero hablar de lo que duele tu partida, porque supongo que eso lo sabes muy bien. Cada día es una mierda desde que no estás.





Escribo esta carta para ti, pero también por mí, para poder decirte adiós, y poder dejar de llorarte cada vez que escucho una de tus canciones o cuando veo tus fotos, quizá dejé de buscarte entre la gente pensando que estarás ahí entre todos, o que si vuelvo a ver tu documental pueda recordar cómo sonaba tu voz porque cada día la olvido más, la verdad es que en este momento me haces tanta falta, quisiera un consejo, un chiste, o quizá solo una mirada que me diga que todo estará bien. Quisiera volver al día en que Tanguyú tuvo un nuevo significado para mí pues hablaba de ti, ¿esa obra en la que yo era la versión joven de ti? Y que a mi mamá le causó tanta molestia que su hijo actuará de homosexual, eras tú quien me iba a subir al auditorio Guelaguetza, porque sabías que era uno de mis sueños, dime ¿cómo puedo sacarme esto del pecho?


Te llevo en el corazón y me duele, ¿cómo no podría doler? si fuiste mi papá sin ser mi padre, me duele tu ausencia porque ahora me siento más sólo que nunca, me siento como el niño pequeño que algún día escondió unos zapatos para que alguien no se fuera, me siento tan solo cómo el día que volví de la escuela y mi mamá me confirmaba que mi padrastro había fallecido. Pero solo estoy siendo un niño berrinchudo que no puede ver todo el tiempo juntos que tuvimos, las navidades con Santa Claus en casa (mis respetos por ponerte ese disfraz en un lugar con un inverno arriba de los 30 grados), al que veía al hombre que yo podría ser sin importar mi orientación sexual, al hombre que llegaba cada cumpleaños mío religiosamente.


Y ahora qué? pongo tu plato en la mesa esperando que vuelvas? Te pido que cuando me visites me dejes abrazarte? Estaría tan mal si te pido que me lleves contigo? Es que me pesa tanto este dolor, es más grande que yo y no sé como detenerlo, y sé que tú te fuiste en tus condiciones y a tu manera, pero dime, que chingados hago yo? a quien le reclamo? a dios? a la vida? a una maldita enfermedad que te consume? Envidio a los creyentes que pueden dejar a manos de su dios todo, yo no, yo tengo que entender porque carajos pasan las cosas como pasan, porque mierda la vida es así? Porque no puedo aceptar que te fuiste y que no volveremos a vernos? envidio a aquellos que pueden dejar sus vidas a manos de dios, porque ellos pueden excusarse con él pero yo no. Yo no quiero tener tus fotos yo te quiero aquí, y al mismo tiempo quiero dejarte libre porque siento que te tengo prisionero de mi dolor. Estoy cansado y harto de estar enojado, pero no puedo ni conmigo mismo ahora… te extraño mucho.


Aunque me cueste decirlo te dejo libre, quiero que si hay algún lugar en donde sea que estés, quiero que seas feliz y no anclado por un niñato que no aprendió a dejar ir. Siempre te voy a recordar, y siempre te llevaré conmigo. Pero creo que es tiempo de dejarte descansar. Gracias por todo lo que vivimos juntos, y todo lo que aprendí de ti.


Comments


© 2019 creado para Plumas de Oro. Con wix.com

bottom of page