top of page

Noches de magia #11, la última noche.

  • Foto del escritor: Jheyder L. Ruiz
    Jheyder L. Ruiz
  • 3 jul 2022
  • 6 Min. de lectura

Bienvenidos a la última noche de magia, este proyecto nació para celebrar y permitirme expresar aquellas ideas que me era complejo de entender y finalmente, perder el miedo a exponer a través de las performances y prosas los sentimientos. Las noches de magia llevan tanto corazón que lo mas apropiado para ellas es terminarlas con una confesión, una carta de despedida.


Eutanasia.




Hoy tomé una decisión importante para mí, incomprensible para ti; no te culpo ya que quizá si yo estuviera en tu lugar estaría pensando mil y un cosas peores que tú. Decidí dejar mi tratamiento psicológico y psiquiátrico, no quiero más terapia, no más medicación, no más personas analizando bajo una lupa de qué carajos pasa por mi mente. Ya no, estoy hasta la madre de todo eso.


¿Por qué? Porque estoy cansado de escuchar lo mismo una y otra vez, que estoy roto, enfermo y trastornado como solo yo podría estarlo; eso lo sé, ya lo sabía. Al final del día soy yo quién tiene al monstruo en la cabeza, soy yo quien convive con los pensamientos retorcidos y las voces.


Les he pagado a tantas personas para que me ayuden a entender que está mal conmigo, pero después de todos estos años, no he aprendido nada, sigo siendo la misma persona autodestructiva si no es que refiné mis medios y métodos; no he aprendido a controlar mis emociones y a menudo, son ellas las que gobiernan sobre mi comportamiento errático; porque claro, hasta en eso soy inútil: en ser dueño de mi voluntad, cuerpo y mente.


Hoy quiero quedarme solo, encerrarme en la tormenta que tengo por mente, dejar fluir todo a mi alrededor e intentar dejarme ir con la corriente. Francamente no tengo idea de cómo pueda terminar esto, seguramente al igual que la mayoría de mis decisiones en la vida me llevará por el camino menos indicado, el más escarpado y peligroso; pero será mío y no el de nadie más. Ya no le daré una guerra a mi mente intentando descifrar cuántas piezas de mí tengo dentro de mi cabeza a causa de tantas veces que me he roto; no quiero saber si todas mis partes pueden formar a una persona “normal”. Esto no va de corazones rotos, esto es acerca de un alma rota, fraccionada y deshecha, que ya está harto de pretender estar bien.


¿Crees que no he buscado ayuda? ¿Crees que la necesito? já, já, tienes alguna idea de cuántas veces he intentado estar bien, he probado de todo, medicina tradicional, medicamentos que regulan tus emociones al grado de volverte un zombie que sobrevive por pura inercia; tantas terapias que ya he perdido la cuenta de cuántos tipos diferentes han sido, sería tan sencillo resolverlo diciendo "Soy así", pero esa no podría ser mi manera de resolver las cosas, siempre quise entender cómo funcionaba yo, y porque no era una “persona normal”; porque a la gente le encanta joderte cuando notan que algo en ti no funciona como debería de hacerlo.


Por hoy ya no más, no quiero más gente analizando mi mente, probando teorías para comprender, ajustando los medicamentos hasta obtener el resultado deseado, ¿Cuál es el resultado deseado? ¿Que no me quiera morir tantas veces al día? ¿Que logre sentirme feliz? ¿Que pierda cualquier emoción para sobrevivir otro día más? Puedes ver que hay tantas posibilidades y ninguno le atina, al principio todo era divertido para mi ego, pues iba a un consultorio a hablar de mi tema favorito: de mí. Perdón por la egolatría, pero era el único lugar donde podía mostrarme como soy, pues no me juzgarían, podría permitirme ser vulnerable, después de tantas veces exponiendo las piezas de mi alma, ya no es reconfortante, es asfixiante saber que ahora probaremos algo nuevo para ver si me ayuda.


No voy a pedir que lo entiendas, ni que apoyes esto; porque es mi vida y yo decido qué hacer con ella, todavía tengo libre albedrío y puedo decidir si quiero o no continuar, pues toma, ya no quiero, lo he decidido, después de tantas noches buscándome a mí mismo; finalmente me encontré y pude conversar con él. Llegamos al mismo acuerdo, ya no queremos más, me rindo de estar nadando a contracorriente, de intentar siempre ser la mejor versión de mí. Ya no hay pasión, alegría ni el mínimo motivo para continuar luchando contra mi mente, dejaré que lo que tenga que caer que caiga, no meteré las manos a por ello.


No quiero ni estoy pidiendo nada de ti, ¿puedes entender eso? Si estoy confesando todo esto es porque quizá necesitas saber que pasa por mi mente, cuando estoy en silencio. ¿Te da miedo mirar? entonces te pido que sigas tu camino y no mires hacia mí, aléjate y déjame con mis demonios. ¿Te da miedo que yo deje de vivir? já, já, descuida, creo haber dejado claro que ya no vivo hace mucho tiempo, solamente he estado sobreviviendo y existiendo, ¿por qué eres tan egoísta que sólo piensas en ti? Mi vida es mía, no de nadie más y mientras más rápido lo entiendas, más lejos podrás estar cada día. Entiende que mi corazón explotó hace tanto tiempo que ya no recuerdo como era el sonido de sus latidos; mi alma se quebró y al igual que un espejo roto, no puede ser reparada.


Así que esta noche he decidido aplicar la eutanasia a mí mismo, lamentablemente no es una convencional, pero dime, ¿Cuándo he sido yo convencional? No, no sería yo, no es mi estilo, si nunca he seguido los caminos de los demás, ¿por qué habría de hacerlo diferente ahora? Si, me he dado hostias en el trayecto, pero sabes que luzco mis cicatrices con orgullo en la piel. Disculpa si mi histrionismo te incomoda, te juro que es mi intención hacerlo; es mi manera de decirte cuanto te he querido. Porque no puedo permitirme decirte abiertamente cuanto te quiero y agradezco que te preocupes por mí, porque no puedo verlo a través de estas ventanas cubiertas por la depresión. Si no quieres que te duela cuando vaya a partir, es el momento de alejarte, tengo miedo pero sé que sería lo mejor no soportaría saber que te he hecho un daño del que no te puedas recuperar.


Ahora voy a recostarme unos minutos, solo para reflexionar en lo que te he contado esta noche, estoy cansado, ya estoy harto y ya no tengo más fuerza. ¿Que si no tengo ganas de vivir? No, ya no hay más de eso, suerte si las encuentras. Sobrevivo una noche a la vez y lloro cuando despierto todas las mañanas por haber amanecido vivo. ¿Es muy triste decirlo en voz alta? que cada día pienso en cómo sería mi funeral, me gustaría observar y reírme en la cara de la gente hipócrita que me canonizará solamente por que ese efecto trae la muerte sobre alguien. Lo único que quiero es detenerlo todo, que el dolor deje de doler, que la tristeza deje de brotar por mis ojos cada mañana y cada noche, me gustaría por una vez recordar cómo era dormir sin clonazepam y sentir alegría sin necesidad de consumir la sertralina. ¿Qué no entiendes? Bien te lo repito, estoy cansado, carajo, ya no quiero seguir aquí, ¿Tanto me quieres con vida? Yo creía que era egoísta hasta que te diste cuenta de lo que llevaba planeando hace un tiempo, el mérito de dejar esas pequeñas pistas para luego borrarlas, já, tengo sueño y los párpados me pesan, me gustaría que estuvieras aquí en realidad, no fueras solo el producto de mi mente colapsando.


Me gustaría que me mirarás a los ojos y encontrarás la paz de que me voy porque quiero irme, no hay nada que pudieras haber hecho para evitarlo. Esta es mi vida, y no llores por mí, deja ese celular y mírame, quiero que tus ojos me vuelvan a dar paz como lo hicieron durante tantos años. Acuéstate a mi lado por favor, toma mi vida entre tus manos, te la regalo, no me gusta esta chingadera, yo no la pedí, ni la quiero seguir, ¿por qué hay tanto ruido? Si solo estamos tú y yo, gracias por alejarte cuando te lo pedí, ven aquí, recuéstate y abrázame tan fuerte, tengo sueño y quiero dormir contigo aquí...





Comments


© 2019 creado para Plumas de Oro. Con wix.com

bottom of page